Jueves 18/11/2010 al Viernes 19/11/2010 | 22:00 | Salón de Columnas
Greta es la mujer cañón, Max es el hombre bala. Esta noche sí, por fin, realizarán su gran número. En nuestro espectáculo, no hay fieras ni domadores, trapecistas, payasos, ni acróbatas, pero jugamos a la sombra de todos ellos. En un ambiente poético, acompañados por canciones de lieder, un piano y una voz melodiosa, los números de circo y las escenas de teatro clásico se suceden, como en los viejos tiempos. Sobre la modesta pista, con una escalera, un telón y dos sillas como únicos compañeros, el mundo del circo nos sirve como metáfora para que un hombre y una mujer nos hablen de nuestros propios sueños, sus miedos, sus recuerdos, nuestros deseos. El circo de la vida se confunde mediante un juego cargado de ingenio y humor con la vida del circo. ¿Quién no ha deseado salir volando? ¿Quién no se ha sentido enjaulado? ¿Quién no busca el aplauso? ¿Quién no vive en la cuerda floja? Pasen y vean.
La puesta en escena
El juego teatral se vuelve espectáculo y magia en esta pista semicircular, donde dos personajes, dos artistas, una mujer y un hombre, una pareja habla consigo misma, con el público sentado en sus butacas, y con su pasado. El circo, cómo no, nos invita a la fiesta en un escenario abierto, e íntimo a la vez. El rojo carmín, el telón viejo y una escalera como una carpa imaginada, pulmón gigante que nos acoge, nos convierten en espectadores de un circo tal vez soñado. Dos sillas, mucho más que dos muebles, viven en escena con estos dos personajes de carne y hueso. Teatro y circo, danza, ironía y juego se despliegan en un tiovivo reconocible y añorado, un espacio para la ilusión y la poesía.
La Compañía
La compañía de teatro Des Clos nace a la luz de este espectáculo, con la intención de desarrollar un teatro de alta calidad, capaz de emocionar a un público de cualquier edad. Pretendemos llevar a cabo piezas teatrales, desde una mirada artística y personal definida, desde un lenguaje gestual, donde el cuerpo del actor cuenta, mientras sus palabras pueden volar. Más allá del mero entretenimiento, como un buen vino, la compañía riojana Des Clos busca que el espectador participe de un encuentro evocador sobre el escenario. Lo que llamamos teatro es un placer cargado de sentidos, una labor que, según entendemos, nos ha de hacer mejores personas, más sensibles, más inteligentes, capaces de valorar cualquier experiencia artística.
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