martes, 29 de marzo de 2011
lunes, 28 de marzo de 2011
El joven Ribera, lo próximo del Prado
Alrededor de 30 pinturas realizadas por José de Ribera "El Españoleto" (Játiva, Valencia, 1591-Nápoles, 1652) en Roma, en torno a los años 1610-1616 y durante los primeros años de su actividad en Nápoles, se podrán contemplar en la exposición que prepara el Museo del Prado y que abrirá sus puertas el próximo 5 de abril.
Este nuevo proyecto dará a conocer uno de los sucesos más importantes que han tenido lugar recientemente en relación con un pintor español: la reconstrucción de la actividad de José de Ribera en Roma durante esta época de su vida, hasta hace poco apenas conocida. Los estudiosos han logrado establecer un catálogo de varias docenas de obras, y definir con precisión la aportación del artista al caravaggismo local.
Un episodio destacado de ese proceso fue la adquisición por el Museo del Prado de La resurrección de Lázaro. Para dar a conocer esa actividad temprana del pintor y crear un contexto que permita entender mejor este cuadro, se ha organizado esta exposición que se podrá visitar hasta el 31 de julio del próximo año en las salas de exposiciones temporales de la pinacoteca madrileña.
Hijo de un zapatero
Tal y como explica Nicola Spinosa en la Enciclopedia del Prado, no se posee casi ningún testimonio o prueba documental de la infancia y primera formación artística de José de Ribera. Por algunas fuentes italianas de principios del siglo XVII se sabe que ya estaba activo en Italia en 1611, al servicio del duque Ranuccio Farnesio, y que justamente en la ciudad de Parma se afirmó como pintor de notables dotes, según se desprende de la realización, junto con otras pinturas, de un lienzo con San Martín y el pobre para la iglesia de San Andrés (perdido, pero conocido por un grabado y varias copias antiguas) y por la admiración que Ludovico Carracci manifestó hacia el artista.
Por consiguiente, es probable su traslado desde su tierra de origen a Italia ya antes de 1610, en un viaje que lo llevó primero a Nápoles, capital meridional del virreinato español, luego a Roma, y desde allí, y al servicio de los Farnesio, hasta Parma; o bien que le hizo llegar primero a Génova, y desde esta ciudad, siguiendo un itinerario de estudio por Lombardía, que por aquel entonces se hallaba bajo la tutela de Madrid, hasta la ciudad emiliana, donde pudo estudiar obras de Correggio, Parmigianino y el propio Tiziano que pertenecían a las colecciones farnesinas.
De Roma a Nápoles
No obstante, ya en 1613, según datos documentales, aparece instalado establemente en Roma, con casa en Via Margutta compartida con su hermano Juan, también pintor, y relacionado con la Academia de San Lucas, lo que le permitía estar en estrecha relación con los numerosos artistas, procedentes, por lo general, de Francia y los Países Bajos, comprometidos entonces en la recuperación y desarrollo de los usos lumínicos de Caravaggio en clave de vigoroso naturalismo.
Algunas de sus primeras composiciones confirman esta juvenil adhesión a los aspectos del caravaggismo más intenso y de mayor impronta realista, señaladas en parte por el biógrafo Giulio Mancini en 1620, como la representación del Martirio de san Lorenzo (conocido a través de varias réplicas de dudosa autografía y de copias antiguas), el Entierro de Cristo (quizá identificable con la versión del Musée du Louvre), Los cinco sentidos y algunos Filósofos (Museos de Hartford, Pasadena, México DF y colecciones particulares de Madrid y Montecarlo).
En 1616, después de ser nombrado académico de San Lucas, se trasladó definitivamente a Nápoles, quizá en el séquito del virrey, el conde de Osuna. Allí se casó, en septiembre, con Caterina Azzolino, hija del pintor y marchante Giovan Bernardo Azzolino, y empezó a recibir importantes encargos, no solo del propio virrey y otros nobles españoles, sino también de ilustres comitentes y coleccionistas italianos, y también extranjeros.
Madrid. El joven Ribera. Museo Nacional del Prado.
Del 5 de abril al 31 de julio de 2011.
Fuente: http://www.hoyesarte.com/exposiciones/2/8764-el-prado-dedicara-una-exposicion-al-joven-ribera.html
Este nuevo proyecto dará a conocer uno de los sucesos más importantes que han tenido lugar recientemente en relación con un pintor español: la reconstrucción de la actividad de José de Ribera en Roma durante esta época de su vida, hasta hace poco apenas conocida. Los estudiosos han logrado establecer un catálogo de varias docenas de obras, y definir con precisión la aportación del artista al caravaggismo local.
Un episodio destacado de ese proceso fue la adquisición por el Museo del Prado de La resurrección de Lázaro. Para dar a conocer esa actividad temprana del pintor y crear un contexto que permita entender mejor este cuadro, se ha organizado esta exposición que se podrá visitar hasta el 31 de julio del próximo año en las salas de exposiciones temporales de la pinacoteca madrileña.
Hijo de un zapatero
Tal y como explica Nicola Spinosa en la Enciclopedia del Prado, no se posee casi ningún testimonio o prueba documental de la infancia y primera formación artística de José de Ribera. Por algunas fuentes italianas de principios del siglo XVII se sabe que ya estaba activo en Italia en 1611, al servicio del duque Ranuccio Farnesio, y que justamente en la ciudad de Parma se afirmó como pintor de notables dotes, según se desprende de la realización, junto con otras pinturas, de un lienzo con San Martín y el pobre para la iglesia de San Andrés (perdido, pero conocido por un grabado y varias copias antiguas) y por la admiración que Ludovico Carracci manifestó hacia el artista.
Por consiguiente, es probable su traslado desde su tierra de origen a Italia ya antes de 1610, en un viaje que lo llevó primero a Nápoles, capital meridional del virreinato español, luego a Roma, y desde allí, y al servicio de los Farnesio, hasta Parma; o bien que le hizo llegar primero a Génova, y desde esta ciudad, siguiendo un itinerario de estudio por Lombardía, que por aquel entonces se hallaba bajo la tutela de Madrid, hasta la ciudad emiliana, donde pudo estudiar obras de Correggio, Parmigianino y el propio Tiziano que pertenecían a las colecciones farnesinas.
De Roma a Nápoles
No obstante, ya en 1613, según datos documentales, aparece instalado establemente en Roma, con casa en Via Margutta compartida con su hermano Juan, también pintor, y relacionado con la Academia de San Lucas, lo que le permitía estar en estrecha relación con los numerosos artistas, procedentes, por lo general, de Francia y los Países Bajos, comprometidos entonces en la recuperación y desarrollo de los usos lumínicos de Caravaggio en clave de vigoroso naturalismo.
Algunas de sus primeras composiciones confirman esta juvenil adhesión a los aspectos del caravaggismo más intenso y de mayor impronta realista, señaladas en parte por el biógrafo Giulio Mancini en 1620, como la representación del Martirio de san Lorenzo (conocido a través de varias réplicas de dudosa autografía y de copias antiguas), el Entierro de Cristo (quizá identificable con la versión del Musée du Louvre), Los cinco sentidos y algunos Filósofos (Museos de Hartford, Pasadena, México DF y colecciones particulares de Madrid y Montecarlo).
En 1616, después de ser nombrado académico de San Lucas, se trasladó definitivamente a Nápoles, quizá en el séquito del virrey, el conde de Osuna. Allí se casó, en septiembre, con Caterina Azzolino, hija del pintor y marchante Giovan Bernardo Azzolino, y empezó a recibir importantes encargos, no solo del propio virrey y otros nobles españoles, sino también de ilustres comitentes y coleccionistas italianos, y también extranjeros.
Madrid. El joven Ribera. Museo Nacional del Prado.
Del 5 de abril al 31 de julio de 2011.
Fuente: http://www.hoyesarte.com/exposiciones/2/8764-el-prado-dedicara-una-exposicion-al-joven-ribera.html
domingo, 6 de marzo de 2011
"El arte es mucho más que ser original"
Sin embargo, su quehacer tiene poco que ver con los grandes números. La obra de Rafael Canogar (Toledo, 1935) es esencia. Una esencia cambiante en función del lenguaje que domina cada una de las distintas etapas por las que su obra ha transitado. En un permanente proceso de búsqueda y ajeno a las modas del momento, ha pendulado del informalismo a la abstracción sin acomodarse nunca al éxito. Siempre desafiante, innovador y en primera línea de fuego de las corrientes rompedoras: "Nunca me he acomodado a un lenguaje determinado. Siempre he preferido investigar formas nuevas de expresión". Su pintura es hoy ejemplo de afán renovador, nuevas formas de comunicación y, en definitiva, arte en vanguardia. "El arte es mucho más que ser original. La creación comporta una magia que nos permite soñar y encontrarnos a nosotros mismos. Si no es así –afirma categórico–, dudo que estemos hablando de arte".
Rafael Canogar
Nació en Toledo en 1935. Su primera infancia transcurrió en San Sebastián, trasladándose con su familia a Madrid en 1944. De vocación temprana, con 13 años pasa a ser discípulo del pintor Vázquez Díaz, "del que he aprendí muchas de las cosas que han sido importantes en mi vida".
En su dilatada trayectoria como artista se aprecian distintas influencias y estilos, desde el cubismo y el surrealismo de sus primeros años a la abstracción informalista de los años cincuenta o el realismo crítico de los sesenta, para volver de nuevo a la abstracción en la década siguiente.
Su evolución técnica ha sido constante, desde el uso casi exclusivo del óleo sobre tela, al de otros materiales como poliéster, acrílico, madera y fibra de vidrio, creando como resultado obras que son en parte escultura y en parte pintura. En 1957 fue miembro fundador del grupo El Paso, junto a Manuel Millares, Antonio Saura y Manuel Rivera. Juntos propiciaron cambios significativos en el campo de la plástica, colocando a España en un primer plano de la estética del momento.
Sus obras figuran en más de 80 museos y colecciones públicas del mundo. Ha realizado diversos talleres y dado innumerables conferencias en diversos países de Europa y América. Su reconocida autoridad le ha llevado ha formar parte como jurado de cientos de premios y de bienales internacionales.
Ha recibido diversos premios y distinciones, entre ellos: Paleta de Oro en el Festival Internacional de la Pintura, Cagnes-Sur-Mer, 1969; Gran Premio de la Bienal de Sao Paulo, Brasil 1971; Premio Nacional de Artes Plásticas, Madrid 1982; Chevalier L’Orde des Artes et Lettres, Francia 1985; Encomienda de la Orden de Isabel la Católica, Madrid 1991; Medalla de Oro de la Comunidad de Castilla-La Mancha en 2002; Hijo Predilecto de la Ciudad de Toledo en 2002; Medalla de Oro de la Feria de Arte Contemporáneo 2006 de Sevilla; Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid, 2005; Premio Ignazio Silone per la Cultura, Roma, en 2009, etc.
Es académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1998.
Viernes, 04 de Marzo de 2011 12:55 Javier López Iglesias
Fuente: http://www.hoyesarte.com/category-table/9366-entrevista-a-rafael-canogar.htmljueves, 3 de marzo de 2011
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